Antes de comenzar a leer este articulo, te invito a que traigas a tu mente la ultima vez que sentiste malestar, no tiene por que haber sido algo muy intenso, sino algún momento en el que recuerdes que la tristeza, ansiedad o enojo se hicieron presentes… ¿Qué hiciste? Recordá ese momento por unos minutos, lo retomaremos luego. 

Ahora bien, me gustaría mencionar algo que seguramente tu experiencia ya te confirmó… y es que, el sufrimiento por muy desagradable y doloroso que pueda ser, es parte de la existencia humana. Es algo que como la alegría, el amor, y la muerte, está presente en mayor o menor medida en cada uno de nosotros, nadie sale exento. Puede que en ocasiones el sufrimiento se haga muy presente y limitante, otras veces puede que sea más leve. Lo importante aquí es notar que siempre respondemos a ese sufrimiento, una vez aparece, comenzamos a hacer “cosas”. 

El resultado de aquellos pasos que damos cuando se hace presente, no suelen ser gratis. Es decir, al final del día esos pasos formarán parte de una pagina más de lo que yo le llamo, nuestro libro personal, es decir nuestra vida . Aquí quiero ocuparme acerca de cuando esos pasos nos encierran en una vida limitada, dándonos sentimientos de vacío, y haciéndonos sentir que no estamos llevando la vida que queremos.. 

Si nos remontamos a la historia de nuestros antepasados, podemos ver que nuestra conducta de tratar de escapar de ese malestar es valida. Es decir… siglos y siglos atrás, los que nos precedieron tuvieron que llevar a cabo conductas ante los peligros que en aquel entonces les acechaban. Aún así, hoy en día, y observando con perspectiva, podemos ver, que lo que a nuestros antepasados les funcionaba para sobrevivir a los leones, hoy a nosotros puede que no este siendo útil para VIVIR. 

¿Por qué digo que es valida? Es lícito no querer sufrir, es decir… quien quiere sentir la opresión en el pecho que nos genera la tristeza de cuando nos rompen el corazón, las palpitaciones y sudoración en las manos que nos genera la ansiedad de exponernos en publico, el miedo al fracaso o a fallar. El problema aquí es ¿Qué hacemos con eso? A saber, el problema no está en la persona, sino es la estrategia que se está siguiendo para afrontar algo que es ineludible al ser humano.

En consulta, la mayoría de las veces, puedo observar que el sufrimiento no es el problema, sino las cosas que se hacen para eliminarlo, apagarlo, eludirlo. Es decir, ¿Y si lo que debe ser tratado no es el sufrimiento, sino las conductas que se llevan a cabo para eludirlo? Un termino útil para entender dicha forma de funcionamiento es el de evitación experiencial ¿Qué es? Es una forma inflexible de comportarnos que incluye todo lo que hacemos para intentar bloquear, evitar, negar, anestesiar o librarnos de cualquier modo de las incomodidades que vienen acompañadas del malestar (puede ser sensaciones corporales, emociones, pensamientos, recuerdos dolorosos). 

Y he aquí la paradoja, ya que conductas que nos funcionan a corto plazo para evitar dichas sensaciones que trae el sufrimiento – dándonos una bocanada de aire por un momento – son las que luego, a largo plazo nos darán a cosechar el sentimiento de no estar llevando la vida que queremos, viéndonos dentro de una vida limitada, donde nuestras conductas están al servicio de reducir el malestar. 

Una de las vías posibles: la propuesta de ACT

Cómo se menciono anteriormente, la evitación experiencial es un modo de regulación inflexible donde la conducta de la persona está guiada con el único fin de no contactar con el malestar. Desde la terapia de aceptación y compromiso (ACT) todas las personas tenemos potencial para llevar una vida con propósito y significado. Desde esta visión se apuntará a crear repertorios de conducta mas flexibles en la persona, donde se trabaje para aumentar la habilidad de notar y responder, para aun así sintiendo aquello que se evita, se pueda elegir tomar la dirección hacia lo que es importante. Es la aceptación con conciencia y voluntaria de tomar las riendas de tu propia vida. 

Retomando la pregunta del principio… ¿Crees que el haber hecho eso ante la situación de tristeza, ansiedad o enojo… te acercó a aquello que es importantes para vos? 

Imagen extraída de @adelaxd.oficial

Referencias:

Wilson, K., & Luciano, C. (2002). Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Editorial Pirámide.

Siegel, R.D. (2010). La solución: Mindfulness. Editorial Desclée de Brouwer.